..."Podrán cortar todas las flores,
pero no podrán detener la primavera"...
(Pablo Neruda)
YO ME LLAMABA LIBERTAD
(Pobre pueblo desmemoriado que no sabe a dónde va)
Miro hacia los cristales,
por donde entra la sucia luz de un nuevo día,
a través de la mugrienta lente de la realidad.
La ventana está cerrada
con su reja de cuadritos,
que impiden que se me escapen
mis ideales a gritos.
Y ahora dime abanderado...
¿De qué sirve tu mástil y tu trapo,
si fuera la gente continua siendo
desahuciada de sus casas, de sus ideas,
mientras una clase rica y raccionaria
a semejanza de los antiguos burgueses,
juegan al Monopoly con las vidas
de los descamisados miserables
que rebuscan entre los cubos de basura?
Dime...tu que tienes tu pesebre lleno a rebosar...
¿Ha merecido la pena tanta fútil algarabía
que termina en el mismo conflicto de siempre;
bastos y espadas midiéndose las fuerzas
sobre las cabezas y los cuerpos de los inocentes
por mor de unas ideas,
de unos ideales de patria;
de un régimen ya viejo y caduco
destinado a desaparecer?
Dime tu...cobarde...
Tu que eres tan duro con los de tu pueblo,
¿Por qué eres tan servil;
tan ferviente besamanos,
con los que nunca han pisado esta tierra?...
Como sabes, ésos nunca han comido de mi plato;
no han trabajado a mi lado;
no han llorado conmigo
ni sangrado roja sangre como yo...
Pobre ingrato...
Muerdes la mano de las gentes que te alimentan,
y como una alimaña...al amparo de lo oscuro,
tratas de arrebatarme mis gallinas
entrando por los huecos de la ley,
para llevarte mi casa y hacienda;
para robarme la vida, los ideales,
cual zorro arraposado.
Dime tu...
A ti que te llaman "payo",
si ya te has quedado a gusto pisoteando
los sueños libertarios
de tu propio pueblo,
con la bota opresora de la cruz
tatuada bajo tu axila...
Respóndeme...Traidor...
Tu que pisas el sagrado suelo
de esta tierra que fue abonada
con la sangre de miles de inocentes.
...¿Cómo osas mancillar mi tumba?...
...¿Cómo osas perturbar mi descanso?...
Tu me enterraste aquí con tus sucias manos.
¿Recuerdas?...
No te atrevas a tocar con ellas mis ideales,
que pese al tiempo siguen
inmaculadamente puros...
Ahora yo te maldigo...
Yo te maldigo hasta la cuarta generación
y te condeno a vagar sin rumbo hasta tu muerte,
por los helados páramos, cada noche
hasta el fin de los tiempos,
sin hallar hogar ni lumbre
donde calentar tus pies,
hasta que sangrantes se te revienten de sabañones,
perdido entre el tiempo y la historia.
Yo te condeno a pasar hambre...
A pasar frío...
A tener necesidad...
A estar enfermo y no hallar quién te sane.
A que se te olvide cómo leer; cómo escribir,
y tengas que dibujar tu historia
sobre la arena de la playa.
...Yo te condeno al olvido...
Tal vez yo no lo vea porque ya esté muerto...
Muerto como la paloma.
Como Unamuno.
Muerto como Federico...
Como Rafael...
Muerto como Neruda;
como Miguel, que se me murió
en una mísera celda en Alicante...
Muerto como el futuro,
como la esperanza,
como el anhelo,
como el sueño.
Como los juegos de los niños;
como la sabiduría de los maestros...
Y dime ahora "payo", si mereció la pena.
Dime si todo resultó "satisfactorio"
para quien maneja tus hilos
de patética marioneta
del poderoso...
Del opresor...
Del sátrapa que encierra las ideas
detrás de los barrotes.
Hace ya mucho tiempo...
...Yo llevaba una túnica tricolor....
¿Recuerdas mi nombre...
...Yo me llamaba libertad...
(c) (J.J. 2017)