"...Me apoderaré del destino
agarrándolo por el cuello;
no me doblegará..."
(Ludwig Van Beethoven)
La frialdad de los olvidos ha llegado,
devorando mis recuerdos a bocados.
Llevándose mis sueños no cumplidos,
sepultándolos entre abrazos aun no dados.
Imágenes perdidas entre el fango,
entre sendas que no han sido transitadas,
donde yacen como gravas esparcidas,
bajo el yugo que las tiene bien atadas.
Y los pies van pisando esos anhelos,
antes de que salgan de mis manos.
Machacando con encono los trocitos,
hasta hacerlos polvo entre guijarros.
Y a lo lejos sólo veo la silueta,
de la parca, y su negra calavera,
que con gestos de sus dos huesudas manos,
me dice -Vente, ven conmigo desgraciado-.
-Vente, ven aquí que ya nos vamos-.
-Vente, ven aquí que ya nos vamos-.
...Y a lo lejos sólo se oye tan siniestra,
esa risa, tan clara y manifiesta,
del destino; - ese destino malhallado-,
que desde niño me tiene bien jurado,
que desde niño me tiene bien jurado,
que jamás, podré irme de su lado.
©(J.J. 2014)
No me ha gustado, prefiero otros, tu no eres un desgraciado, tu eres el poeta más bello de la puta tierra.
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