"...Todas maravillas que buscas,
están dentro de tu propio ser..."
(Sir Thomas Browne)
SOLILOQUIO CONMIGO MISMO A LAS OCHO DE LA MAÑANA
(...O la aplastante lógica de la realidad...)
Me despierto tras un sueño interrumpido
por el dolor que me azota en mi espalda,
girando en mil vueltas sin sentido,
en círculos concéntricos de almohada.
Abriendo las manos malheridas
en torno a esa fiera imaginaria;
la nevera, que siempre está vacía,
me muestra sus dos fauces desdentadas
mientras guarda indolente entre sus rejas,
yogures, y unas fresas caducadas.
Me asomo al cristal de mi ventana
y la calle parece aún dormida,
con el gris tiñendo la mirada
de una calle que parece aún vacía,
llena de gente desahuciada.
Y mientras me sirvo un café dentro del vaso
-de duralex-, como hago cada mañana,
escucho como el ruido de la calle
poco a poco se convierte en algarada.
Aquel sofá azul y viejo
que ayer alguien depositara
junto a los contenedores verdes,
sigue lanzándome miradas furtivas
como preguntándome, cómo es que no hago nada.
El panadero cruza con su "furgo";
una "furgo" vieja y destartalada,
anunciando que ha llegado un nuevo día,
con el olor del pan de nueva hornada.
Y entretanto yo sigo aquí con mi café
frente a la ventana, que aún está cerrada,
esperando despertarme de una vez,
y espantando los vestigios de la noche,
poder dar comienzo a otra jornada.
© (J.J. 2015)
/A vuelapluma/
Como siempre, describiendo una realidad que se mete en los huesos hasta roerlos, hasta que griten "también yo". Gran poeta. Rosa Fasolís.
ResponderEliminarGracias Ro; me alegra que te gusten mis letras.
EliminarBesos.