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viernes, 20 de junio de 2025

POEMARIO: DE VUELTA A LA VIDA 22





   LOS DESPOJOS DE UN POEMA MALDITO

            (O lo que siempre quise decir pero no dije)



                             La cita de hoy: 


                           "Más allá de donde

                   aún se esconde la vida, queda

                      un reino, queda cultivar

                       como un rey su agonía,

                   hacer florecer como un reino

                     la sucia flor de la agonía:

              yo que todo lo prostituí, aún puedo

                 prostituir mi muerte y hacer

              de mi cadáver el último poema." 


                   (Leopoldo María Panero"





No soy el profeta que salió de la tormenta,

ni el patriarca que descendió de la montaña

con las tablas de la maldición eterna.

Tampoco quiero ser un ejemplo para nadie pues no fui bueno,

aunque lo intenté con las pocas fuerzas que tenía.

Mas de mi herida alma que los pájaros fueron picoteando sin piedad,

haciendo mella en mi carne y en mi mente hoy sangrante,  

que quiere dejar salir de sus oscuros entresijos,

gritos sordos, que salidos de mi cerebro enfermo 

van construyendo con sus letras una obra irreverentemente  retorcida. 


Porque yo soy uno, pero soy y seré para siempre, 

una muestra; un botón para quienes como yo pretenden salir 

del cuadriculado papel que constituye la indeseada vida 

a la que fuimos arrojados por el desdén; por el deseo 

o por el olvido de otros, quienes por desgracia 

no quisieron olvidarnos del todo, haciendo desde el mas allá

resonar el eco de sus palabras en el vacío de nuestro cráneo

y cuya maldición eterna hecha ya latente

murmullo mil veces repetido, toma la forma

de una losa de mármol mortuoria que pesa y pesará

eternamente sobre nuestras cabezas, hasta que logremos, 

a fuerza de golpes de martillo, abrir un hueco en alguna esquina 

por el que  conservamos labesperanza de penetrar

en el prohibido paraíso no terrenal, entre la luna y las estrellas

que confabuladas entre sí, se reflejan en nuestros entreabiertos ojos, 

que miran al espacio; que miran a la nada, donde nada hallarán, 

porque nada hay, salvo la soledad maldita de una perdida vida 

que ya ni es vida,porque también es la nada. 


Y flotando en esa nada; solitario; acompañado sólamente

por los despojos que los fantasmas no lograron canibalizar, 

de todos los cuerpos que tocaron con su sucio dedo inquisidor,

y que se deslizan lentamente a mi lado sin decir nada,

callados como muertos que ya son desde hace años,

mas gritándo como locos sus míseras desgracias que rebotan

entre las oquedades de mi mente, formando ensordecedoras

algarabías que duelen en mi ser como martillazos asesinos,

amenazando con desplazar mi cerebro a un lado para

que la gris materia que compone mis ieeas, 

se me salga a chorros desaforados por las sordas orejas.

Y entre esa soledad voy vagando, sobresaltado por las olas que vienen

y se van, movidas por el soplo del deseo de dejarlo todo atrás 

y de desaparecer de la existencia; de la mente de todos.

Borrando con el fuego eterno del averno al que estoy abocado,

todo atisbo de recuerdo, de palabra buena o mala sobre de mí.

Acerca de lo que soy; de lo que fuí o de lo que no pude ser. 


Y mientras, para aliviar la sed de soledad que me embarga,

bebo de las fuentes ponzoñosas de la vida, que me retuercen

las tripas a modo de maléfica pócima cargada de venenos y de

muertes que nunca lo son, persiguiendo incansable

el punto y coma de una vida, que irremediablemente se dirige

hacia su punto y final. 


No me llorarán bajo los pies de ningún santo ni tampoco

bajo los del crucificado absurdo que defendió una idea 

tal vez demasiado brusca e indomable para ser entendida;

para ser aceptada por la mente de quienes me arrastraron

con sus palabras; con sus actos; con sus dimes y diretes,

que hicieron carne en mi hasta brotar la sangre por mis ojos

que ya nunca volverán a llorar por no poder refugiarse bajo

el sacro santo manto de una virgen que ya no lo era, 

y que resultó ser una prostituta de saldo y de esquina

maquillada para tratar de ocultar su verdadero rostro

que es de forma retorcida el rostro de la muerte dicho

de mil formas distintas; estirado hasta el infinito para terminar

convergiendo en una misma palabra maldita para todos

excepto para mí; la palabra fin; la palabra muerte. 


            © (J.J 2025) Reservados todos los derechos.

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