Amig@s:
Aquí os dejo mi "desvarío" de hoy.
Espero que sea de vuestro agrado.
...Y no os olvidéis de dejarme vuestros comentarios...
Gracias...
Saludos
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TIEMPO Y SILENCIO
Recostado sobre mis elucubraciones,
contemplo el paso del tiempo.
Un tiempo pegajoso,
que se adhiere a mi silencio,dejando tras de si
plateado rastro de babosa.
Ojos clavados en el horizonte,
donde enturbiados divisan
la linea imaginaria que separa
el cielo...de la mar.
Es el tiempo de los dioses marinos
que gritan con mudas voces
pidiendo tiempo...
Tiempo...
Es el tiempo que nos falta...
Es el tiempo que se escurre
entre mis dedos
como la arena de un reloj
de cristal, estropeado.
El tiempo...
El silencio que pasa...
Y entretanto,
yo sigo sentado en el acantilado...
©(J.J. 2013)
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Compleja interrogante te planteas, Javier. Creo que los seres vivos, bueno los humanos, deberíamos sacarlo del contexto del reloj y pasarlo a experiencia vital, o algo parecido... Tu interrogante seguirá sin contestar. Un gran abrazo, poeta.
ResponderEliminarExactamente, Jose Salas, amigo.
ResponderEliminarEl tiempo, debería de ser sacado de su concepto temporal de máquina de medir y ser trasladado a un concepto mas humano; mas VITAL; que no sea cuestión de "cuántos años", sino mas bien de "cuántas experiencias" en la vida...Mas desgraciadamente, el tiempo mecánico nos afecta y envejecemos con o sin experiencias. Mas como bien dices, el interrogante seguirá ahí; flotando en el etéreo aire.
Un abrazo, amigo.
Gracias por tu aporte y por estar siempre.
En el fondo creo que es eso, nos falta humanizar el tiempo, ser mas personas, sacrificando si es necesario el encumbrarse más.
ResponderEliminarUn gran abrazo, amigo.
El tiempo no existe, no es tiempo, solo instantes que se alargan o acortan hacia atrás o para delante haciéndonos bailar al ritmo de un reloj de arena marcados por las tormentas de destino. Muy, muy reflexivo.
ResponderEliminarUn besazo
Gracias por tu visita y por tu comentario Mercedes.
EliminarEn efecto, la vida es una sucesión de acontecimientos imprevistos para algunos, de los que podemos sacar nuestras enseñanzas, pero siempre al compás que marca el "tic-tac" de nuestro reloj vital, que indefectiblemente sigue su camino.
"...Y las saetas
que giran,
en la esfera
de color...
Blanca esfera;
cifras negras,
las de mi viejo
reloj..."
(J.J)
Abrazos Mercedes.